ECOLÓGICO
EVITA LA DEFORESTACIÓN
Se produce con los desechos de la cáscara de coco por lo que no hay necesidad de talar árboles.
Las briquetas de Carbón Ivana son originarias de Indonesia, es el resultado de un proyecto que tiene como objetivo desarrollar un combustible limpio para cocinar y asar.
Las briquetas de coco son un carbón natural. Durante su producción no se destruyen los bosques, sino que se transforman los productos de desecho. Miles de personas usan ahora este carbón natural para cocinar y así contribuyen a la protección del clima. Los árboles fijan el CO2. Si se talan y se queman, se libera una enorme cantidad de CO2. Y no sólo eso, el árbol que podría fijar el CO2 ya no existe.
LA COMBUSTIÓN DE CARBÓN IVANA NO PRODUCE GASES TÓXICOS SULFÚRICOS. SE TRATA DE UNA FUENTE DE ENERGÍA LIMPIA, SOSTENIBLE Y RENOVABLE.
Carbón de Cáscara de Coco Ivana es un producto comercial pero al mismo tiempo es también una genuina iniciativa ecológica. La base de nuestro carbón es la cáscara de coco de la especie Cocos Nucifera, la cual no debe ser confundida con la que produce el aceite de palma (Elaeis Guineensis). Para satisfacer la creciente demanda, grandes extensiones de selva tropical han sido convertidas en plantaciones de palma de aceite, lo cual es la causa de una grave deforestación que denuncian organizaciones defensoras del medio ambiente como Greenpeace o WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza).
Carbón Ivana utiliza SOLAMENTE las cáscaras de coco de la especie Cocos Nucifera y de bosques que datan del siglo XIX. Ni un solo árbol es talado para producir este producto, contribuyendo efectivamente a la preservación de las selvas tropicales, el hábitat de muchas especies en peligro de extinción y los verdaderos pulmones de nuestro planeta, produciendo más del 20% del oxígeno del mundo al reciclar continuamente el dióxido de carbono.
El equivalente a 1.000Kg de Carbón Ivana, con la tecnología habitual en países en vías de desarrollo, equivale a unos 50-75 árboles que son preservados si se usan los 1.000Kg de Carbón Ivana, facilitando que continúen absorbiendo una parte del CO2 que constantemente emitimos a la atmósfera.